La cobardía de la extrema derecha

Wilmar Jaramillo Velásquez

Se ha dicho en algunos escenarios que el odio y la soberbia de la extrema derecha es de tal magnitud y sobrepasando todos los topes de la ignorancia, que son capaces de incendiar la casa   con ellos adentro, con el fin de descalificar y destronar el progresismo.

El propio Donald Trump en sus ínfulas de emperador de un imperio en decadencia les dice en la cara que no los necesita y ellos de rodillas besando sus sandalias. Roma no está tan distante cuando los gladiadores que iban a morir saludaban honrosos al tirano.

El reciente incidente entre el gobierno colombiano y los Estados Unidos es una muestra clara de lo que esta masa desbocada está dispuesta hacer para sacar el petrismo del gobierno, han acudido a todos los medios de lucha, pero nada les ha funcionado, han logrado hundir las grandes reformas sociales que los colombianos esperaban en décadas, la Corte Constitucional cogobernando para ellos mutiló la accidentada Reforma Tributaria, reduciéndola a la mínima expresión y luego en medio de gritos aplausos, bajo el éxtasis, la euforia y el deliro de grandeza, hundieron la ley de financiamiento, para impedir que el gobierno llegará a varios sectores sociales y luego señalar una supuesta incapacidad de gobernar.

En las últimas horas quisieron hundir el gobierno en pleno, con país y todo, se hicieron al lado del tirado que amarraba colombianos con grilletes y subía a los aviones militares como bultos de mercancía inservible.

El Centro Democrático en vulgar y oportunista comunicado público firmado por su interdicto jefe máximo y único, describió la hecatombe, el Armagedón para el país, por que para ellos Petro había insultado a su amo del norte. Poco conocen de país, de patria, de dignidad.

Petro nunca se negó a recibir a los expulsados, por el contrario, hasta el avión presidencial ofreció para repatriarlos, solamente exigía un trato digno con la persona humana, pero el Centro Democrático no tiene la mínima idea sobre el significado de tan alto valor.

En menos 24 horas enterraron la economía, el país, la educación, se les acabó el mundo ante una amenaza del falso emperador, una celebración que les duró poco, en menos de los esperado la situación fue superada y se inició un proceso más diplomático, más decente para el retorno de los colombianos.

El último presidente de la extrema derecha no solamente actuó durante cuatro años como un monicongo de Álvaro Uribe, sino como presidente subalterno de los Estados Unidos, obedeciendo ciegamente sus órdenes. Hasta permiso para almacenar armas y desechos bélicos le concedió a la OTAN, en plena guerra con Ucrania, en una sumisión humillante para nuestra soberanía.

En minutos el circo salió a la arena, la gavilla saltó como carroñeros a comerse vivo al presidente, pero todo fue flor de un día, las turbulentas aguas comenzaron a volver a su cause normal y ellos a tragarse sus comunicados y agresiones o simplemente a cambiar el libreto.

Es la sumatoria de todos estos desafueros de la extrema derecha lo que justamente les impedirá su acenso al poder nuevamente, cada día están más lejos de las masas populares, de los problemas del pueblo, el costo en las urnas será alto, de ahí el desespero y tanta arrogancia, es el físico miedo a no volver por sus privilegios a robarse el país y repartirlo en una piñata en las cabezas de cuatro decadentes partidos y unas pocas familias con apellidos de la colonia.

La borrachera del falso emperador pasará, el mundo volverá a la normalidad, ellos necesitan tanto América Latina para seguirla esquilmando como a Europa para utilizarla contra Rusia, es una pataleta de muchacho malcriado y muy malcriado, si el mundo si liberó de Hitler como se liberará de Netanyahu, Trump será mucho más pasajero.

Lo que si logrará Trump si avanza por esa ruta imperialista es impulsar al sur global hacia Rusia y China, quienes ya con la plataforma de los BRICS consolidada, abrirán las puertas que Estados Unidos cierra y el único perdedor será el país del norte.

En este ritmo, la manada de carroñeros no ha podido consolidar ni un candidato que enfrente realmente al progresismo, ni una propuesta sólida, seria que atraiga a los electores, hasta el día de hoy han actuado como pandilla de barrio, experta en insultar, descalificar al presidente y mentir usando de amplificador los medios de desinformación de su propiedad, fuera claro está, de hundir las reformas sociales por lo que les pasarán factura en las urnas.

Hablando de carroñeros y sepultureros de oficio, repunta el nefasto personaje Alejandro Gaviria, defensor de los robos de las EPS, de las transnacionales farmacéuticas y abogado del diablo, en su afán de consolidarse como el candidato de la extrema derecha.

“El presidente Petro pone en riesgo la economía colombiana por una disputa personal (que tiene también mucho de locura ideológica). ¿Habrá alguien en el gobierno que le haga contrapeso? ¿Obedecerá dócilmente el ministro de comercio? ¿Renunciará antes de someter al país a una guerra comercial absurda? ¿No hay nadie medianamente razonable en el gabinete? ¿Se acabó el gobierno y lo reemplazo la cuenta de X del presidente?” escribió en plena calentura del incidente, mientras que la Cabal y la franquista “Enfermedad” Hernández insistía en un golpe de estado. ¿Disputa personal califica este mercenario de la politiquería a un presidente que lo único que reclama es dignidad para sus gobernados, Más cínico para dónde?

Gaviria hizo pública la miseria humana en que se convirtió, el cáncer la dio una segunda oportunidad, creíamos que, para servirle al país, no a los negocios de la salud y parlante de la extrema derecha. Por sus hechos los conoceréis.

¡Donald Trump, la extrema derecha colombiana besa sus pies!

Urabá-enero-27-20-25