Nueve de febrero, día de los buenos periodistas

Wilmar Jaramillo Velásquez

Otro nueve de febrero, otro pomposo “Día del Periodista”, al paso que vamos el periodismo se extinguirá y solamente sobrevivirán empresas y pasquines al servicio de la mentira, del odio, la difamación y los entramados de negocios sucios, pero a estos esperpentos los seguirán apodando periodismo.

Urabá, Colombia y el mundo terminaron acorralados por un puñado de pasquines digitales, al servicio del poder político, de la corrupción, del crimen organizado, especializados en calumniar, denunciar sin pruebas, en soltar al aire chismes de corrillos sin la más mínima vergüenza y al oído de unas autoridades laxas y cómplices que a su vez se autoproclaman defensoras de las libertades.! Vaya Libertades ¡

En Colombia una periodista montó campaña presidencial desde las tribunas de una revista al servicio de la extrema derecha, se alió con otro bloque de medios para destruir un gobierno que no es de sus afectos, se dedicó a mentir, a calumniar las 24 horas del día y sus socios a replicar las mentiras, todo en nombre de la democracia y la libertad, siempre con el apoyo público de la Fundación para Libertad de Prensa (Flip). Cuando la sal se corrompe.

Dos de los más poderosos empresarios de la comunicación moderna, Elon Musk dueño de X y Marck Zuckerberg de Facebook, se acaban de aliar con Donald Trump para supuestamente apoyados en la Inteligencia Artificial dominar el mundo.

Esto significa que las dos redes “sociales” (no sé dónde sacaron eso de sociales) más poderosas del mundo occidental, trabajarán unidas con el psicópata nuevo emperador sin imperio, para direccionar la comunicación, reeducar a la sociedad, eliminar las cuentas o mensajes que les generen incomodidad y replicar hasta la saciedad la información manipulada en defensa de sus intereses económicos, geopolíticos expansionistas. El colonialismo digital.

En este orden de ideas no es mucho lo que nos queda por hacer, la provincia quedó en manos de unas generaciones que se hicieron a los espacios digitales, se proclamaron periodistas, comenzaron a bombardear al público con toda su morbosidad, eso que llama las audiencias vacías, que genera interacciones en las plataformas y detrás de ellas dinero.

Sin sonrojarse comenzaron a disparar como escopetas de regadera a diestra y siniestra, supuestamente a denunciar corruptos sin aportar una sola prueba, se dedicaron a hacer mandados y trabajo sucio a políticos sin escrúpulos (nunca los han tenido), para desprestigiar y despejar caminos que luego sus patrocinadores transitarán más cómodos.

Cada bandola política tiene su recua de “periodistas digitales” como escuderos disparando día y noche, es muy sencillo, muchos de ellos como trinchera abren una página en Facebook, le asignan un  nombre, se autoproclaman periodistas y a facturar, cuando se sienten acorralados simplemente cierran el pasquín y abren otro con nuevo nombre y a seguir delinquiendo con toda impunidad, no hay responsables con una figura jurídica, no hay nombres reales, direcciones o teléfonos  donde se puedan detectar.

La mala política que todo lo corrompe le ha dado una estocada mortal al periodismo, ha cooptado todo un ejército de comunicadores y los ha puesto al servicio del delito.

Otros tantos luchan a brazo partido por mantenerse en la dignidad y responsabilidad social, cada vez menos, son dinosaurios a quienes sus propios colegas miran con desprecio y califican de bobos, de tontos.

Pero son estos tontos, estos bobos quienes hoy sostienen el débil pilar de lo que queda de democracia en Colombia, son verdaderos héroes que no se dan por vencidos, que aun creen que no todo está perdido, que luchando contra una sociedad indolente que mira para el otro lado mientras se roban la patria, que luchando contra los empresarios de la noticia han abierto reputados portales de investigación en los que aun brilla la luz de la verdad y sometidos a todos los riesgos y al castigo económico, han logrado hacer las más grandes denuncias en el país, sobre masacres, paramilitarismo, desmanes de las guerrillas, robos a los recursos públicos. Las ollas podridas que han destapado no son pocas. Ahí sobrevive el verdadero periodismo.

Y son estos valientes quijotes los que hacen grande este nueve de febrero, porque todos los días son de los buenos periodistas.

Con la ruptura del actual orden mundial que hoy pone en marcha Donald Trump, la comunicación, pero sobre todo la verdad, será una de las víctimas más grandes y sentidas, lo que hagan o dejen de hacer los periodistas en el resto del planeta contará poco frente al poder de estos magnates insaciables.

También nos cuentan los titulares de la prensa europea que, decenas de las universidades más prestigiosas del mundo han comenzado a cancelar sus cuentas en la red X, aduciendo que su propietario no respeta la democracia ni la libertad, al menos ahí nos están mostrando un camino para iniciar una lucha que será prolongada y desigual, más nunca imposible. Ellos se creen dueños del mundo, pero no lo son.